Reseña Histórica
El 21 de noviembre del año 2005 es reivindicada la memoria histórica de una de las luchadoras sociales y defensora de las causas justas y la educación popular de la región carabobeña. Abre sus puertas la Escuela Básica Estadal Bolivariana “Prof. Paula Berbecía”, y por esas cosas que el destino suele confabular, la nueva institución nace en una comunidad que lleva nombre de mestizaje, de libertad e irreverencia: barrio José Leonardo Chirino, ubicado en la extensa parroquia Miguel Peña al sur de la ciudad de Valencia. Ese día no hicieron falta los cohetes en señal de júbilo, pues la algarabía de las niñas y los niños colmaron los pasillos y las aulas que antes -durante cuatros años- permanecieron silentes, aletargadas. La alegría contagió a la comunidad. – “El barrio ya tiene una escuela”…era la noticia.
Es importante destacar que esta casa de estudios, antes de su creación, llevaba el epónimo de la comunidad donde está ubicada, o sea, Escuela Básica Estadal “José Leonardo Chirino”. No obstante, fue reemplazado por el de una mujer quien en vida fuera docente, diputada a la Asamblea Legislativa, pero -sobre todo- una enemiga de las injusticias y aguerrida defensora de los derechos humanos. Ese espíritu defensor de lo humano que exteriorizó Paula Berbecía es un reto para la escuela que honrosamente lleva su nombre.
La Escuela Básica Estadal Bolivariana “Prof. Paula Berbecía” se enmarca dentro de una de las primeras políticas educativas del Gobierno Nacional. Para aquella época, Sarina Cascone, secretaria de educación y el licenciado Elio Sequera, jefe de la Dirección General de Modalidades y Especialidades Educativas de la Secretaría de Educación y Deporte deciden acertadamente dar marcha a un nuevo proyecto educativo. Entonces, siete docentes unieron voluntades e iniciaron el camino junto a 192 estudiantes, algunos de ellos ya no tenían que viajar hacia la zona rural para recibir educación formal, pues el barrio ya poseía su escuela.
La jornada se desarrollaba de 7: 30 a.m. a 12: 30 p.m. y de 1:00 p.m. a 6:00 p.m. Posteriormente, en marzo del 2007 la escuela asume el horario integral de ocho horas. (Desde las 7.30 am hasta las 3.30 pm). Seis aulas, la dirección, dos sanitarios y el patio conformaban la estructura. El tiempo conserva eso, pero la escuela se ha hecho grande, lentamente, pero grande. Ocho años después, la familia paulina se ha multiplicado en lo humano y en lo material: una directora, una subdirectora, un subdirector, nueve docentes de Educación Primaria, dos de Educación Inicial, tres especialistas, un agente de seguridad y treinta y tres escolares. La edificación ha venido ampliando sus espacios hasta el punto de que, a partir del año 2013 cuenta con una moderna área destinada a la Educación Inicial.
Desde el año 2011, la escuela también es luz de conocimiento para aquellas personas que decidieron darse una nueva oportunidad: unas han salido de la oscuridad a través de la Misión Robinsón; otras –por medio de la Misión Ribas- resolvieron proseguir los estudios que alguna vez abandonaron. Para ellas y ellos, vecinos todos, la Escuela “Prof. Paula Berbecía” ha sido la casa que también abrió sus puertas a quienes vencieron el miedo, el temor a la burla y el paso de los años.
Así mismo desde el año 2010 las y los estudiantes, progresivamente, se han adentrado en el mundo de las tecnologías de las comunicación e información a través del proyecto Canaima, político educativo del estado venezolano que coadyuva a tener una educación integral de calidad.
En búsqueda de la consolidación de la visión institucional , el equipo docente de esta escuela ha venido cosechando logros profesionales que fortalecen su andamiaje académico, pedagógico y humanístico con el fin de promover en los demás miembros de la comunidad pedagógica estrategias y herramientas que le permita asumir con compromiso la participación ciudadana necesaria para gestar e impulsar los cambios que conlleven a fortalecer el conocimiento, la pluralidad del pensamiento y, sobre todo, el respeto por la condición humana.
El servicio que ofrece la escuela transciende lo pedagógico y en ella se manifiesta la política social del Gobierno, la cual se evidencia en la implementación del Programa de la “Arepa Escolar” que luego, en el año 2007, es sustituido por el Programa de Alimentación Escolar. Proyectos sociales que indudablemente han impactado positivamente en el crecimiento de la escuela, en el rendimiento académico y la prosecución de las niñas y los niños. El tiempo no ha borrado aquellos días cuando las representantes Elena Parra y Naiby Jiménez preparaban con especial cariño las arepas para los estudiantes, tantos de ellos venidos de hogares muy humildes. El comedor, como se le conoce al Programa de Alimentación, comenzó a funcionar el mismo día en que la escuela emprendió el horario extendido. Fue un miércoles y -precisamente ese día- el gas que encendía las cocinas, se desvaneció. Cuando se evocan esos momentos, se hacen presentes el olor y el sabor a leña, pues para garantizar el alimento a los niños y las niñas, las madres procesadoras cocinaron como aún lo hacen muchos de nuestras campesinas y campesinos.
En tan poco tiempo esta institución ha sido referencia del quehacer educativo sustentado en el trabajo, la dignidad y la lucha de sus docentes, con el propósito de transformar la comunidad y reivindicar la noble e indispensable labor magisterial.